JOANA GABOS

“Desigualdades territoriales”

Hablar sobre la identidad latinoamericana y sus poéticas es para mi, de alguna manera, hablar sobre las desigualdades en que esos territorios han sido sometidos a lo largo de estos años desde la colonización europea. Desigualdades que en sus aspectos sociales, económicos o territoriales, conducen a una repetición de padrones polarizados en la forma de habitar y vivir.

En esta óptica, la presión con que la sociedad contemporánea es empujada, principalmente de los grandes núcleos urbanos, ha llevado a la situación de extrema pobreza. Actualmente, numerosas familias son obligadas a ocupar áreas inadecuadas, en una tentativa desesperada por la sobrevivencia cuando la autoconstrucción se presenta como una salida viable para obtener una vivienda.

Por un lado, impera la lógica de la dominación capitalista que echa e obliga la población a se autoconstruyen en las áreas cada vez más densas e alejadas de los grandes centros, y por otro, élites cada vez más adineradas disfrutan del poder habitar a la ciudad dentro de las reglas. En el caso de Brasil, esta desigualdad socio-territorial es claramente percibida en las características de las habitaciones familiares de las favelas, en su mayoría, autoconstruidas.

El punto de partida de la construcción de una casa es la recogida de la materia prima: sobras y basura de las otras construcciones. Mientras muchos edificios y casas son construidos con materiales nobles y abundantes, a partir de un principio capitalista de especulación inmobiliaria; millones de familias se reinventan con el aprovechamiento de estos descartes de la construcción civil, una recomposición de los fragmentos encontrados al acaso.

El resultado de esa mezcla es siempre diferente a lo que el material ha sido destinado al principio.  Una puerta puede ser el techo, por ejemplo.  Eso hace que los resultados sean totalmente aleatorios y, por eso, tanto la favela cuanto la vivienda autoconstruida está siempre en mutación. Sea por su expansión o por su remoción, sea por la infinita reconstrucción.

Esta metodología constructiva va más allá de una cuestión estética, es una condición de sobrevivencia: no sólo física, más comunitaria y cultural. Son manifestaciones de urgencia concreta.  A una mirada generalista puede parecer caótico pero en una observación más profunda, es posible ver una gran capacidad creativa para la improvisación de los recursos materiales y económicos disponibles.

Es importante señalar que esos territorios, en que la desigualdad está desembozada mismo sin las acciones y políticas del poder público, son territorios de lucha y fuerza colectiva. La desigualdad es inversamente proporcional a los enlaces comunitarios y de solidaridad. Al contrario de los barrios ricos, en que la lógica del individualismo es regla, en las favelas la regla es la participación y la cooperación solidaria, donde la diversidad es un modo de vida. Delante de esta realidad dejo la cuestión: la autoconstrucción es el problema o la solución? 

 

 

El proyecto fotográfico se inspiró en las ocupaciones que se desarrollan en toda América Latina, en las que innumerables familias luchan en busca de vivienda. Se desarrollaron 31 piezas, realizadas a partir de materiales encontrados al acaso. La ocupación del cuerpo en cuestión buscó reflejar la polaridad en la que se construyó nuestro territorio, entendiendo que situaciones de extrema desigualdad se expresan poéticamente en la creatividad de las autoconstrucciones latinoamericanas.

Fotógrafo: Ygor Carozzi
Tradução: Laura Mallozi

JOANA GABOS

Licenciada en Arquitectura y Urbanismo, comenzó a estudiar joyería en 2010. Inicialmente utilizando técnicas tradicionales y, durante algunos años, se ha dedicado a la joyería como forma de expresión artística.

Como arquitecta y urbanista, trabaja principalmente en la urbanización de favelas y asesora a movimientos sociales que luchan por el derecho a la vivienda. De alguna manera, este repertorio visual y social se refleja en parte de su trabajo como artista de joyería, haciendo un vínculo entre lo que pasa por su mente y su corazón.